Sueño mortal

2021-01-25T17:15:08+01:0025/01/2021|

Después de muchos años de ahorro como hormiguitas, la pareja formada por Juan e Inés pudieron realizar su sueño de reformar su casa. Era una casa antigua en el centro del pueblo, una casa con 4 dormitorios, dos cuartos de baño y uno más en la habitación grande, una habitación tipo suite por lo grande que era. Les costó mucho hacer las reformas, ya que en esa casa nacieron sus cuatro hijos y casi todos sus nietos pasaron por ella en sus primeros años de vida, ya que los cuidaron a todos.

El sueño de Juan era en el cuarto de baño poner una bañera grande para poder darse unos largos baños como le gustaba cuando llegaba a casa después del trabajo. El mismo Juan estuvo trabajando en la reforma durante meses y le gustaba como estaba quedando todo, en especial la bañera, que era muy grande y eso le encantaba. El día de la inauguración fue espectacular, toda la familia se reunió en la casa: los hijos, los nietos y muchos amigos. Era la ilusión de su vida y querían compartirlo con todos, estaban felices.

Cuando al fin se marcharon todos, el matrimonio se sentó en el sofá frente al televisor y charlaron mientras veían una película romántica, esta era una diversión que les encantaba sobretodo los fines de semana porque los dos estaban muy enamorados y eran románticos, su amor era muy grande. Al atardecer decidieron ir a caminar un rato, cosa que hacían cada día los dos. Una hora después estaban de vuelta. Inés se dio una ducha en el cuarto de baño pequeño para a continuación ir a la cocina a preparar algo para cenar. Mientras, Juan se quería preparar un baño. La esposa ya sabía que el baño de Juan era como mínimo de una hora y media.

Juan se desnudó en la habitación y luego se metió en la bañera, le gustaba que mientras se llenaba la bañera el agua le relajase cayendo sobre él. Se metió de pie en la bañera y sucedió algo inesperado, sus pies resbalaron y se dio un golpe muy fuerte en la nuca y la espalda. Pasaron un par de minutos. Cuando recobró la conciencia, abrió los ojos e intentó moverse, pero le fue imposible: los pies y el cuerpo no se los sentía ni podía mover las manos. Pero lo que más le inquietó era que el agua continuaba saliendo y llenando la bañera y su cuerpo estaba ya casi hundido. Calculó que en menos de media hora estaría todo él sumergido y no sentía su cuerpo ni la temperatura del agua.

Mientras esto sucedía, Inés en la cocina estaba preparando una ligera cena para los dos con una sonrisa en la boca, por lo bien que estaban los dos y lo felices que eran. Puso el mantel y los cubiertos para comer la sopa que estaba preparando y un par de vasos para la bebida. Cuando lo tuvo todo preparado se sentó en la sala de estar a mirar las noticias en la televisión, sabía que Juan tardaría un rato.

Juan luchaba contra todo para moverse y poder sacar el cuerpo del agua, pero ni las manos ni los pies le respondían y el agua ya le estaba llegando a nivel de su barbilla. Por su cabeza se pasó gritar, pero estaba paralizado totalmente, ni gritar podía. Justo podía respirar y muy flojo. Sonó el teléfono e Inés se levantó para responder, era una amiga de ellos que no pudo venir a la inauguración y les daba las gracias por invitarla. Estuvieron hablando unos minutos. Cuando colgaron, Inés subió al piso de arriba, entró en la habitación y dobló una poca de ropa que estaba en la cama. Mientras doblaba la ropa escuchaba el agua caer en la bañera. Avisó a Juan desde la habitación: “no tardes Juan, la comida está en la mesa y es sopa calentita, como te gusta a ti”.

Juan intentó gritar pero no podía, estaba totalmente inmóvil en el fondo de la bañera. El agua ya le llegaba a la boca y tenía que hacer esfuerzos por no tragar agua. Seguía llenándose la bañera, los ojos los tenía abiertos al máximo por culpa del terror que sentía de morir ahogado en su sueño, una bañera grande.

El primer trago de agua no lo pudo evitar. Sopló fuerte para que el agua no se le introdujera por la boca o la nariz, pero era una lucha inútil, el fin estaba cerca. El agua empezó a entrar en sus pulmones y empezó la asfixia. Fueron unos minutos de angustia total. No tuvo tiempo de pensar en nada ni nadie, los pulmones se encharcaron de agua y solo pudo ver el túnel con la luz al final, era el fin.

Inés ya se impacientó y subió las escaleras para llamarle la atención a Juan. Al llegar al primer piso abrió la puerta de la habitación y le asustó lo que vio, el agua salía del lavabo y llenaba la habitación. Entró en el cuarto de baño y solo pudo lanzar un grito de terror cuando vio el cuerpo de Juan hundido en la bañera con los ojos fuera de órbita. Los vecinos acudieron rápido y llamaron a una ambulancia. Todo fue inútil, Juan falleció por ahogamiento causado por la imposibilidad de moverse a causa del golpe que sufrió.

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