Final misterioso

2023-06-05T15:29:34+01:0005/06/2023|

La vida de Carlos transcurría como la de muchos jóvenes: salidas con amigos, partidos de fútbol con el equipo de la ciudad. Era uno de los más valorados por todos gracias a su facilidad para marcar goles.

Todo era bastante normal en su vida, hasta que un día se cruzaron sus ojos con los de Marta.

Ella solía asistir a los partidos de fútbol para acompañar a su amiga Sofía, cuyo novio también jugaba en el mismo equipo.

Carlos no dudó en preguntarle a su compañero de equipo quién era ella.

—¿Cómo se llama? —preguntó.

—Marta, se llama Marta —respondió su compañero.

—¿Tiene novio? —preguntó Carlos.

—Creo que no. ¿Te gusta?

—La verdad es que si, la encuentro una chica hermosa y misteriosa. —Después de ducharse, Carlos consiguió que la novia de su compañero los presentara.

—Carlos, mi amiga se llama Marta —dijo la novia.

—Marta, él es Carlos — agregó su compañero.

—Chicos os dejamos, nosotros nos marchamos —dijo la otra pareja mientras desaparecían en un coche deportivo.

Ellos continuaron caminando en dirección al centro de la ciudad.

Durante varios días, era habitual verlos caminar juntos.

A veces se sentaban en un parque solitario y pasaban un par de horas charlando, hasta que un día él se acercó lentamente a los labios de ella, fundiéndose en su primer beso.

Se fueron conociendo a fondo, cada uno compartiendo detalles de su vida para darse a descubrir los misterios de sus vidas.

Ella provenía de una familia adinerada, pero poco más sabía sobre su familia. Un día, un amigo le informó sobre quién era el padre de Marta.

—Su padre es Ricardo Conti, un narcotraficante muy conocido en Italia —confesó su amigo.

Al enterarse de esta noticia, su amor por ella se fortaleció y decidió seguir adelante.

El padre de Marta se enteró de las salidas de su hija con un joven de la ciudad y esto no le hizo ninguna gracia.

Él quería para su hija un hombre con título nobiliario.

Como persona sin escrúpulos que era, sabía que Carlos debía desaparecer de la vida de su hija para siempre.

Tenía tanto poder y riqueza que se permitía controlar las vidas de todos los que quería.

De esta manera, intentó eliminar a Carlos por ser una amenaza para su imperio y la seguridad de su familia.

La vida de Carlos se llenó de extrañas persecuciones y coincidencias que pusieron en peligro su vida. Ricardo Conti no dudó en utilizar a sus hombres de confianza para hacer desaparecer a ese joven engreído que quería hacer desgraciada a su hija.

Los anónimos que recibió Carlos eran claros.

—Si no dejas de ver a Marta, tus padres no te volverán a ver a ti.

A pesar de sentir miedo, Carlos no estaba dispuesto a dejarse amedrentar por esa gentuza.

Esa noche quedó con ella y le contaría todo, después se marcharían juntos de allí si ella quería.

La noche era lluviosa y tormentosa. La pareja se encontró en un rincón solitario y apartado del pueblo.

Él le contó sus sospechas.

—Lo sabía, sabía que mi padre no te aceptaría, igual que no aceptó a ningún otro que se me acercara —confesó ella.

—¿Qué quieres decir? — preguntó Carlos.

—Tuve algún amor anterior a ti y misteriosamente desapareció. Nunca volvió a aparecer. A pesar de que la policía los buscó por tierra, mar y aire.

El destino tiene sus propios aviones y esta vez se presentó en forma de accidente…

Un coche fuera de control se estrelló contra una farola cercana, desencadenando una explosión que llenó el aire de caos y destrucción.

En un gesto de valentía, Carlos se lanzó sobre Marta para protegerla de los impactos y el fuego que resultó del accidente.

Ella consiguió salvar la vida, pero él murió por protegerla.

Marta quedó destrozada por la pérdida de su amor. En su corazón, él dejó una marca imborrable y nunca lo olvidaría.

La ciudad quedó envuelta en un halo de misterio y tristeza.

La muerte de Carlos no solo fue una tragedia personal, sino que también reveló la oscuridad que se escondía detrás de algunos muros aparentemente normales.

Entre los muros de una casa se encontraron los cuerpos de varios jóvenes desaparecidos.

Marta declaró todo lo que sabía sobre su padre, Ricardo Conti, quien fue detenido y encarcelado.

La historia de Carlos y Marta se convirtió en una leyenda local, una historia de amor y sacrificio que perdura en el tiempo.

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