De postureo y políticas de ficción
En estos días de brutal destrozo por el paso de la borrasca Gloria por nuestra ya maltratada costa mediterránea, escucho las noticias, veo cientos de videos y no dejo de sonrojarme al observar que el ser humano apenas ha cambiado, actos de postureos y demás sainetes trágicos en este caso, afloran por doquier.
Sí fue de gran interés por mi parte escuchar a un ingeniero que, sin apenas levantar la voz en exceso, dijo algo muy importante: existe la tecnología, tenemos los medios, resolvamos estas acometidas de la naturaleza, por cierto, no tan brutales pero nada desconocidas por los que vivimos en este mar Mediterráneo y que inmortalizara Joan Manuel Serrat en su canción Mediterráneo.
¿Que ocurre entonces?, ¿Por qué no se afronta definitivamente este problema de “emergencia climática” tan popular entre los políticos que practican el populismo?
El postureo, las resoluciones parciales, les dan cancha para salir cada vez que ocurra una desgracia, lucirse, alzar sus cuellos duros con el fin de cosechar futuros votos. Es la triste realidad, mal nos pese.
En este pacto de coalición socialcomunista apoyado necesariamente por los partidos independentistas, estos últimos deberían ser cruciales en la resolución definitiva. Si realmente les interesara el sufrimiento de su “patria” estarían ahora mismo negociando un plan estructural que conllevara los medios y la tecnología necesaria para que se pudieran mitigar en gran parte los destrozos de futuras tormentas implacables. Sin embargo no están donde deberían estar, es decir, al lado de los ciudadanos a los que representan, al contrario, siguen con la matraca independentista estéril y su maquinaria de reparto generoso de odio entre iguales.
Realmente, un político de talla es aquel que vela por la realidad y no por la ficción, el ciudadano no se despierta con un desayuno de trapos, lazos, ni verborrea altanera y sin sentido, el ciudadano se levanta con la esperanza de que sus impuestos sean utilizados para causas reales y eficaces, donde se sientan protegidos y escuchados, donde desayunemos con buenas noticias, como: “APROBADO EL PLAN PARA LA DEFENSA DE NUESTRAS COSTAS Y DE SUS HABITANTES ”
Pasaran las semanas y todo quedará en un mal recuerdo como en tantas ocasiones, y volveremos nuevamente con esa realidad ficción una vez más estúpida y estéril, y los malos ganarán en esa película de postureo que se guisan y se comen los verdaderos responsables de que se acometan las medidas reales.
ERC debería reflexionar sobre su gran responsabilidad de que los buenos ganen, no los que incumplen la ley, sino los ciudadanos de Cataluña que sufrimos los destrozos de la naturaleza a veces destructiva. Con su tan presumido poder necesario para la gobernabilidad del gobierno de Sánchez, nos podrían ofrecer una alegría y darnos ese titular que todos deseamos y dejarse de una política ficción que no soluciona, al contrario, que produce frustración entre sus representados.
